Los contempladores, a los que también se les conoce como "el ojo tirano" por su enorme ojo central que tienen en el rostro, miden un 1,83 centímetros. Tienen una boca gigantesca y grandes dientes. Alrededor de su ojo principal, nos topamos con diez ojos más pequeños que salen de la parte superior de su orbe, lo que le da una apariencia aún más temible.
El cuerpo de esta extraña y singular criatura esta recubierto de quitina, una sustancia que actuá dándole una dureza similar a la de una armadura.
Estas criaturas como ya hemos dicho anteriormente son muy agresivas y atacan a otras sin ningún motivo aparente. Para hacerlo utilizan sus tentáculos por los que utilizan potentes rayos mágicos. Con su enorme y poderosa boca se protege de los ataques, y con su ojo central utiliza un campo de antimagia.
El resto de sus ojos tienen diversas funciones entre las que se encuentran el hechizo, provocar sueño, transformar en piedra a su adversario, la telequinesis, lanzar rayos desintegradores, lanzar un rayo de muerte...
Si durante la batalla, un contemplador pierde un pedúnculo, solo tendrá que esperar una semana par que este le vuelva a crecer. Estos pendúnculos son muy útiles para pociones mágicas de levitación.
Si pierde un pedúnculo en combate, sólo necesita una semana para que le vuelva a crecer. Estos pendúnculos perdidos son muy útiles para pociones mágicas de levitación.
Una de las cosas más asombrosas que pueden hacer es la de levitar y desplazarse a voluntad por cualquier parte. Esta agilidad les permite esquivar los ataques de sus enemigos, lo que les hace ser seres muy poderosos.
Duermen en guaridas subterráneas. La forma que tienen de crearlas es utilizando su rayo óptico, para hacer tubos paralelos. Las habitaciones suelen estar unas encima de las otras.
Existe además de esta, otra raza de contempladores que habitan las profundidades marinas. Esta raza se diferencia de las demás porque tiene unas pinzas de cangrejo, además de dos ojos extra que le permiten crear ilusiones con las que engañar a sus victimas.
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